Después de la tempestad, llegará la calma... y llegó.
Este país es muy grande y muy largo; con grandes rincones también. Así pues, tras pasar casi 2 días en furgonetas, autobuses y ferris, llegamos a Kuta (por su nombre). De Java a Bali, nos convertimos en homeless y carteras andantes simultáneamente, valga la redundancia. Asimismo, adquirimos nueva família... disfrazada de salvadora.
Llegados a kuta, vomitamos lentamente para digerir tanto trayecto y partimos huyendo de tantos mushrooms, croasanes, brazos tocados por coche, centros internacionales... corremos entre Vegas y Benidorm hacia Lembongan.
Y con todo me quedo porque dónde he aprendido que, llamando a puertas, abren, también reencuentro la omisión de datos... tan impugnante a veces.. conecto contigo y con ellos... señales? Interpretadas subjetivamente con cariño (a veces una necesita nada más para entenderse).
Esto sí es.
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