Cabaña de playa, pescado fresco cocinado con coco, jamón ibérico regalado, doce pinchitos de piña, musicadas campanadas con cuchillo y vidriosa botella, flores en el pelo y muy buena compañía.
Ésta fue nuestra última noche del año; diferente pero sin necesitar mucho más.
Mi cabeza y corazón manifestaron movimiento, a ratos vacío. Válidas palabras se comunicaron con agudeza ni filtros; evaluando el año.
Mi gente está conmigo y yo, estoy también conmigo.
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