El monge recoge la ofrenda de madrugada,
la abuela juega la nieta en suelo y polvo,
el templo ofrece la sombra de aquello que un día fue,
el trabajo de tres enseña a actuar en colectivo,
el espejo del otro no engaña nunca tu reflejo,
andar por secretos jardines te pierde entre sus flores,
dejándo dependencias hallas la suciedad con la que aún no te has manchado,
jugar a la petanca con locales te da lecciones de generosidad,
buscándo tu exclusividad batallas con una no necesidad
y topar con el precio de la decadencia te enseña el camino aún por recorrer.
sábado, 1 de marzo de 2014
Ciudad templo, Luan.
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